¿Es necesario construir una refinería?

La Voz de la Frontera
Lunes, 15 de Abril de 2019

Las opiniones en contra de construir la nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, son muchas. Desde analistas que consideran que los recursos destinados bien podrían tener mejor uso en otras áreas -especialmente la exploración-, hasta las agencias calificadoras de riesgo que amenazan con reducir más la calificación de Pemex y, con ello, la nota crediticia del país dado el vínculo de garantía que tiene el gobierno con la paraestatal.

Los argumentos de unos y otros son dignos de consideración, pero creo que la decisión del presidente Andrés Manuel López Obrador de continuar con el proyecto es justificable por razones de seguridad nacional.

Actualmente, México importa más del 80% de los combustibles que consume, con tendencia a depender cada día más del exterior. Quien no ve los riesgos que esto implica, seguramente es de la idea que el proceso de globalización es neutro, ajeno a intereses corporativos o nacionalistas. La realidad es otra, como lo demuestra el presidente Donald Trump con sus amenazas de cerrar la frontera si no hacemos lo que dicte en materia migratoria.

Aun si no existieran presiones del exterior, el cambio climático que se experimenta es condición suficiente para buscar autosuficiencia energética y alimentaria. Sin energía y derivados quedamos en una posición de extrema vulnerabilidad que puede y debe evitarse. El gobierno de EU utiliza estas mismas premisas para justificar subsidios a la producción de alimentos y mantener una reserva estratégica de petróleo que alcanza actualmente 650 millones de barriles, cantidad suficiente para abastecerse durante 2 meses.

Es indiscutible que importar gasolinas y exportar crudo es más rentable en términos financieros. Y que en muchos países los procesos de refinación operan con pérdidas o márgenes reducidos de utilidad. Pemex está en este grupo, pues no invirtió en modernizar sus plantas y mantiene un número excesivo de trabajadores, a la vez que ha permitido corrupción por todas partes. Esta situación, si bien hace difícil tener niveles productivos similares a los de otros países exitosos, no es imposible de remediar como algunos pregonan.

La demanda de combustibles fósiles y sus derivados seguirá en aumento, al menos hasta 2050. Y si bien el automóvil eléctrico habrá de sustituir al de combustión interna, pasarán décadas para lograrlo totalmente. La vida útil de la nueva instalación está acorde a este lapso.

La decisión de AMLO afecta muchos intereses. Y es normal que busquen detener el proyecto. Coincido en que la ubicación y tamaño de la planta quizá no sean los más indicados. También en que debe haber absoluta transparencia en la asignación de contratos y buscar el mejor aprovechamiento de las instalaciones existentes. No obstante, ante la perspectiva de graves problemas de abasto, me inclino a apoyar la construcción de la nueva refinería.