¿Cambio de expectativas económicas?
La Voz de la Frontera
Miércoles, 7 de Noviembre de 2018
En la consulta mensual que realiza el Banco de México entre los analistas privados, en octubre se mantuvo la expectativa de crecimiento económico para este año en 2.1%, mientras que para la inflación se elevó de 4.5 a 4.6%.
Para 2019 no se registraron cambios de relevancia y se espera que el PIB avance 2.2% y la inflación sea de 3.7%. Por lo que respecta al tipo de cambio, el pronóstico para cierre de año se ajustó al alza de 18.97 a 19.07 pesos por dólar. Y para 2019, de 18.97 a 19.07 pesos por billete verde.
En virtud de la controversia generada por la decisión del presidente electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto de México (NAIM) en Texcoco, es muy probable que la encuesta de noviembre refleje cambios en la perspectiva del cierre del tipo de cambio para este año, de tal manera que se le adicionen 10 centavos al menos. Asimismo, que se reduzca la expectación de crecimiento del PIB para 2019 en una décima para dejarlo a la par del resultado proyectado para este año. Lo anterior será reflejo de factores tanto internos como externos.
En lo externo seguirá impactando el desempeño económico de Estados Unidos, las decisiones de la Fed y la política antinmigrante del presidente Donald Trump. Paralelamente, la preocupación por el desenlace que puedan tener en el crecimiento económico global las guerras comerciales, los conflictos geopolíticos en Medio Oriente y el precio internacional del crudo.
En lo interno, pesará la evolución del nivel de confianza de los inversionistas y la discusión en torno al presupuesto de la Federación para el año entrante.
En octubre el riesgo-país superó los 200 puntos y la expectativa es que en noviembre se mantenga arriba de este nivel. En 2017 el indicador cerró en 188 puntos base, 44 puntos menos al del año previo. Lamentablemente las calificadoras no vieron con buenos ojos la forma cómo se manejó el tema del NAIM, pues lo consideran una mala señal a los inversionistas.
Fitch Ratings cambió la calificación soberana de una perspectiva “estable” a “negativa”. Esta acción se realizó horas después de que la calificadora mexicana HR Ratings hiciera lo mismo. Y si bien S&P y Moody’s no han hecho ajuste alguno hasta ahora, sus analistas están muy pendientes de lo que ocurre al apreciar incertidumbre en torno al futuro de la política pública.
En este contexto, se prevé una alta volatilidad en los mercados bursátiles y de divisas en México, misma que habrá de mitigarse hasta conocer el paquete económico para 2019. Esto, al margen de lo que puede llegar a ocurrir por circunstancias exógenas.
En lo personal, me preocupa el tema de la inflación en el mediano plazo. Y es que las políticas sociales del nuevo gobierno, al combinarse con el incremento al doble del salario mínimo en la frontera y la elevación gradual de éste en el resto del país hasta lograr un 100% más en términos reales al finalizar el sexenio, son elementos que presionarán -quiérase o no- el comportamiento de los precios.
Si bien es cierto que no se prevén aumentos en los precios reales de los bienes y servicios que proporciona el gobierno federal, el efecto de las alzas aplicadas hasta ahora aún no termina de asimilarse por completo.
Lo anterior, combinado con una mayor depreciación del peso, bien podría traducirse en que la inflación no bajará del 4% en 2019. De ser así, el Banco Central se vería obligado a ejercer una política monetaria más restrictiva, lo que se reflejaría en un aumento de las tasas de interés mayor al previsto, con sus consecuentes efectos sobre la disponibilidad de recursos públicos y el gasto de los consumidores. Un tema complicado sobre el que hay que estar muy pendientes.
Miércoles, 7 de Noviembre de 2018
En la consulta mensual que realiza el Banco de México entre los analistas privados, en octubre se mantuvo la expectativa de crecimiento económico para este año en 2.1%, mientras que para la inflación se elevó de 4.5 a 4.6%.
Para 2019 no se registraron cambios de relevancia y se espera que el PIB avance 2.2% y la inflación sea de 3.7%. Por lo que respecta al tipo de cambio, el pronóstico para cierre de año se ajustó al alza de 18.97 a 19.07 pesos por dólar. Y para 2019, de 18.97 a 19.07 pesos por billete verde.
En virtud de la controversia generada por la decisión del presidente electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto de México (NAIM) en Texcoco, es muy probable que la encuesta de noviembre refleje cambios en la perspectiva del cierre del tipo de cambio para este año, de tal manera que se le adicionen 10 centavos al menos. Asimismo, que se reduzca la expectación de crecimiento del PIB para 2019 en una décima para dejarlo a la par del resultado proyectado para este año. Lo anterior será reflejo de factores tanto internos como externos.
En lo externo seguirá impactando el desempeño económico de Estados Unidos, las decisiones de la Fed y la política antinmigrante del presidente Donald Trump. Paralelamente, la preocupación por el desenlace que puedan tener en el crecimiento económico global las guerras comerciales, los conflictos geopolíticos en Medio Oriente y el precio internacional del crudo.
En lo interno, pesará la evolución del nivel de confianza de los inversionistas y la discusión en torno al presupuesto de la Federación para el año entrante.
En octubre el riesgo-país superó los 200 puntos y la expectativa es que en noviembre se mantenga arriba de este nivel. En 2017 el indicador cerró en 188 puntos base, 44 puntos menos al del año previo. Lamentablemente las calificadoras no vieron con buenos ojos la forma cómo se manejó el tema del NAIM, pues lo consideran una mala señal a los inversionistas.
Fitch Ratings cambió la calificación soberana de una perspectiva “estable” a “negativa”. Esta acción se realizó horas después de que la calificadora mexicana HR Ratings hiciera lo mismo. Y si bien S&P y Moody’s no han hecho ajuste alguno hasta ahora, sus analistas están muy pendientes de lo que ocurre al apreciar incertidumbre en torno al futuro de la política pública.
En este contexto, se prevé una alta volatilidad en los mercados bursátiles y de divisas en México, misma que habrá de mitigarse hasta conocer el paquete económico para 2019. Esto, al margen de lo que puede llegar a ocurrir por circunstancias exógenas.
En lo personal, me preocupa el tema de la inflación en el mediano plazo. Y es que las políticas sociales del nuevo gobierno, al combinarse con el incremento al doble del salario mínimo en la frontera y la elevación gradual de éste en el resto del país hasta lograr un 100% más en términos reales al finalizar el sexenio, son elementos que presionarán -quiérase o no- el comportamiento de los precios.
Si bien es cierto que no se prevén aumentos en los precios reales de los bienes y servicios que proporciona el gobierno federal, el efecto de las alzas aplicadas hasta ahora aún no termina de asimilarse por completo.
Lo anterior, combinado con una mayor depreciación del peso, bien podría traducirse en que la inflación no bajará del 4% en 2019. De ser así, el Banco Central se vería obligado a ejercer una política monetaria más restrictiva, lo que se reflejaría en un aumento de las tasas de interés mayor al previsto, con sus consecuentes efectos sobre la disponibilidad de recursos públicos y el gasto de los consumidores. Un tema complicado sobre el que hay que estar muy pendientes.