NAIM, ¿qué sigue de la consulta?

La Voz de la Frontera
Martes, 30 de Octubre de 2018

El resultado de la consulta sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) sorprendió a pocos. La postura del presidente electo Andrés Manuel López Obrador en contra de realizar el proyecto en Texcoco y sustituirlo por uno que opere simultáneamente con el actual en la Base Aérea de Santa Lucía dominó al obtener casi el 70% de las preferencias por parte de quienes acudieron al llamado a emitir su voto.

Al respecto, los mercados financieros han reaccionado conforme a lo previsto: El peso se deprecia y la Bolsa de Valores sufre un retroceso. Más cuando en conferencia de prensa, AMLO confirma que procederá de acuerdo con el mandato del pueblo, es decir, a cancelar Texcoco.

En las próximas semanas, el debate entre quienes están a favor y en contra de continuar el proyecto se intensificará. Y como dice el refrán: “Hay mucha tela para cortar”. Mientras ocurra, la volatilidad persistirá.

Vale la pena recordar que las razones principales para rechazar Texcoco son básicamente tres: 1) El costo y el hecho que se comprometen recursos públicos a futuro que se necesitarán durante el sexenio de AMLO para cumplir con los compromisos adquiridos durante la campaña presidencial. 2) La posible corrupción asociada a los contratos de obra que se han otorgado y el hecho de ser un proyecto faraónico que beneficia a un grupo reducido de potentados y 3) El impacto ambiental, del cual se dice que no fue debidamente evaluado, así como las afectaciones a las poblaciones circundantes.

En este caso el orden de los factores es relevante, pues AMLO dijo estar dispuesto a entregar el proyecto a la iniciativa privada si ésta aportaba los recursos necesarios para llevarlo a cabo.

Quiero pensar que el Presidente electo rechazó genuinamente comprometerse con el proyecto del NAIM al ver las restricciones financieras que le impondría a su administración. También que entre sus colaboradores cercanos y Morena, hay quienes están convencidos que Santa Lucía es la alternativa más conveniente. No obstante, la mayoría debe estar consciente que el proyecto sexenal no puede ser exitoso sin la colaboración de los inversionistas privados. Por ende, no se debe llegar a una confrontación que lo arriesgue todo.

En esta dicotomía, es lógico pensar que habrá ganadores y perdedores. Sin embargo, ésta no tiene que ser la condición preponderante. Imaginemos un escenario en el que un Carlos Slim hace el compromiso de concluir el proyecto de Texcoco con recursos privados, sin más aportaciones gubernamentales, a cambio de su concesión.

El gobierno de Enrique Peña Nieto afirma que el NAIM tiene un avance de 40%, para lo cual se ha hecho una inversión de 80 mil millones de pesos. Asimismo, se requieren 100 mil millones de pesos más para concluir su primera fase que estará lista para inaugurarse en 2024.

Los representantes de Morena dicen que esta cifra no es correcta y que el proyecto podría requerir 180 mil millones de pesos adicionales o más. Representa uno de los principales desacuerdos entre las partes, a la vez que se afirma que Santa Lucía podría hacerse con mucho menos.

Si la propuesta de hacer el NAIM con recursos privados se diera formalmente, AMLO podría convertir un posible fracaso político en un triunfo mayor, pues tendría ante sí una situación donde todos podrían ganar. No sólo dejaría de aplicar recursos para Texcoco, sino quedarían libres los necesarios para habilitar Santa Lucía y el pueblo quedaría satisfecho porque fue consultado y gracias a su opinión el gobierno de AMLO dispondría de más recursos para obras sociales, etc.

Estoy convencido que la solución anterior es factible. Y mis dudas son si fue parte de un plan preconcebido y quién su posible autor.