El proceso del SEA

La Voz de la Frontera
Miércoles, 24 de Octubre de 2018

Hoy los bajacalifornianos tenemos una muestra más de que la enfermedad de la corrupción que padece el país no sólo avanza, sino que todo intento por erradicarla se contagia en una metástasis que hace imposible saber hasta cuándo podremos curarnos.

El proceso para definir quién ocupará la dirección de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Estatal Anticorrupción (SEA) -un puesto clave para prever y combatir el flagelo- se ha visto sujeto a enfrentamientos entre ciudadanos y representantes de gobierno.

En días pasados, miembros del órgano de gobierno del SEA, entidad responsable del nombramiento en comento, se reunieron durante dos días sin haber logrado un acuerdo. Esta instancia la integran 22 personas, 11 representantes de gobierno y 11 ciudadanos. Con la ausencia de dos de sus integrantes (uno de cada parte), la votación estuvo dividida entre Luis Ramón Irineo Romero y Jorge Sauceda Esquerra. De acuerdo con la Ley, se requieren 17 votos a favor.

Se rumora que Sauceda “…personaliza los intereses de los gobernantes panistas…” mientras que Irineo “…representa los intereses de las cúpulas empresariales…”. Independientemente de si es cierto o no, el principal motivo de discusión en las reuniones fueron los señalamientos en contra de Sauceda, a quien se le imputa no reunir los requisitos para el cargo.

La Ley del SEA en su artículo 34 establece que para ser designado secretario técnico deben cumplirse, entre otras exigencias, haber residido durante los diez años anteriores en el Estado y no haber ocupado cargo de dirección en la administración pública durante los tres años previos al día de la designación.

Hay pruebas de que Sauceda no cumple con estos requerimientos, por lo que aparentemente mintió en la declaración bajo protesta de decir verdad que acompañó su solicitud para el cargo.

En mi opinión, esto último es lo más grave del caso, pues mentir significa falta de probidad y es motivo suficiente para negar acceso a cualquier puesto de trabajo. El menoscabo a la verdad es la madre de la corrupción, de aquí que resulta absurdo que un aspirante a secretario técnico del SEA esté relacionado a este tipo de problema.

En tanto no se aclare el asunto, los ciudadanos comprometidos con la transparencia y el combate a la corrupción, debemos objetar se continúe un proceso en el que puede resultar triunfador un indiciado. Asimismo, exigir a quienes fueron seleccionados como miembros del Comité de Participación Ciudadana (CPC), aclaren públicamente por qué promueven o, en su caso, están dispuestos a que se viole la Ley.

Se me informó que los votos emitidos se repartieron de la manera siguiente: 13 para Sauceda y 7 para Irineo. Y lo que más llama mi atención es que de los 13 votos a favor del debatido aspirante, 6 se los otorgaron miembros del CPC.

Lo anterior confirma mi postura sobre el SEA: Que la selección de los integrantes del CPC estuvo viciada de origen, pues se incumplió la Ley al escoger a algunos personajes que no llenaban el “perfil meramente ciudadano” ni habían destacado por combatir la corrupción.

En pocas palabras: Incorporaron “personajes a modo”.

El SEA todavía está en proceso de integración. No aceptemos que se haga bajo la tutela de los corruptos. Exijamos a los integrantes del CPC actúen responsablemente o si no, renuncien.