Incertidumbre en Torno a los Presidenciables
La Voz de la Frontera
Martes 20 de Marzo de 2018
El reloj avanza apresuradamente hacia el 1º de julio, fecha en que los mexicanos podremos emitir nuestro voto para definir quién será próximo Presidente del país.
Si bien existen opiniones encontradas sobre quién puede triunfar, el común denominador lo simboliza la esperanza de que las cosas cambien para bien, “llegue quien llegue”. Los empresarios son más calculadores y advierten sobre la incertidumbre que el proceso electoral trae consigo.
La última encuesta del Banco de México entre los analistas privados arrojó que los tres principales factores que podrían obstaculizar el crecimiento de la actividad económica del país son en orden de importancia: La política sobre comercio exterior (25%); la incertidumbre por política interna (22%) y los problemas de inseguridad pública (13%).
Cabe destacar que el resultado de la renegociación del TLCAN no estuvo presente previamente. Y también que los factores políticos en el mismo mes del año previo representaron únicamente el 5%.
La calificadora Fitch Ratings informó hace unos días que “Los resultados de las elecciones presidenciales próximas podrían plantear riesgos en términos de políticas macroeconómicas”. Agregó que el triunfo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sería un riesgo para la continuidad de la política macroeconómica de México. Y por ello “… la volatilidad del mercado financiero podría intensificarse antes o después de las elecciones… lo que representaría otra limitante para el crecimiento y la inversión”.
Si bien se dice que José Antonio Meade y Ricardo Anaya garantizan la continuidad en términos de políticas económicas, existe consenso nacional e internacional sobre la necesidad de replantear el modelo de crecimiento económico seguido en las últimas décadas. Esto con objeto de brindar igualdad de oportunidades y bienestar para todos. Se reconoce que no se trata de regresar a esquemas donde predomine un Estado intervencionista, sino de orientar la economía a un modelo que garantice igualdad de condiciones para que los individuos y las empresas -particularmente las MiPyMEs- tengan oportunidades reales de desarrollo.
En este contexto, es un hecho que el próximo gobierno tendrá que hacer “ajustes” significativos al modelo económico actual. Y esta condición implica por sí misma que habrá un clima de incertidumbre para los inversionistas. De aquí que el riesgo que Fitch asigna a AMLO es igualmente aplicable a los demás contendientes.
En mi opinión, de todos los presidenciables AMLO es este momento el que menos incertidumbre genera, pues su postura respecto a las políticas económicas actuales está más clara que la de sus adversarios. Puede gustar o no, pero su partido ya presentó cuáles serían los lineamientos de política a seguir en su denominado “Proyecto de Nación 2018-2024”. Y aunque el documento presenta inconsistencias y contradicciones, está a disposición del público para discusión y sugerencias de mejora.
Seguramente los demás candidatos harán lo propio y así poder conocer cuáles son sus ofertas de cambio y rumbo a seguir. Mientras tanto, la incertidumbre que rodea a cada uno se mantendrá.
La experiencia nos dice que tratándose de política, resulta difícil predecir qué hará una persona una vez que llega al poder. Lamentablemente, abundan los casos en que se nos defraudó. Así, hasta no ver cómo llevarán a cabo su gestión todos los candidatos representan riesgo, definido éste como la probabilidad de obtener al final de su mandato el reconocimiento social de haber sido bueno o malo.
Martes 20 de Marzo de 2018
El reloj avanza apresuradamente hacia el 1º de julio, fecha en que los mexicanos podremos emitir nuestro voto para definir quién será próximo Presidente del país.
Si bien existen opiniones encontradas sobre quién puede triunfar, el común denominador lo simboliza la esperanza de que las cosas cambien para bien, “llegue quien llegue”. Los empresarios son más calculadores y advierten sobre la incertidumbre que el proceso electoral trae consigo.
La última encuesta del Banco de México entre los analistas privados arrojó que los tres principales factores que podrían obstaculizar el crecimiento de la actividad económica del país son en orden de importancia: La política sobre comercio exterior (25%); la incertidumbre por política interna (22%) y los problemas de inseguridad pública (13%).
Cabe destacar que el resultado de la renegociación del TLCAN no estuvo presente previamente. Y también que los factores políticos en el mismo mes del año previo representaron únicamente el 5%.
La calificadora Fitch Ratings informó hace unos días que “Los resultados de las elecciones presidenciales próximas podrían plantear riesgos en términos de políticas macroeconómicas”. Agregó que el triunfo de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sería un riesgo para la continuidad de la política macroeconómica de México. Y por ello “… la volatilidad del mercado financiero podría intensificarse antes o después de las elecciones… lo que representaría otra limitante para el crecimiento y la inversión”.
Si bien se dice que José Antonio Meade y Ricardo Anaya garantizan la continuidad en términos de políticas económicas, existe consenso nacional e internacional sobre la necesidad de replantear el modelo de crecimiento económico seguido en las últimas décadas. Esto con objeto de brindar igualdad de oportunidades y bienestar para todos. Se reconoce que no se trata de regresar a esquemas donde predomine un Estado intervencionista, sino de orientar la economía a un modelo que garantice igualdad de condiciones para que los individuos y las empresas -particularmente las MiPyMEs- tengan oportunidades reales de desarrollo.
En este contexto, es un hecho que el próximo gobierno tendrá que hacer “ajustes” significativos al modelo económico actual. Y esta condición implica por sí misma que habrá un clima de incertidumbre para los inversionistas. De aquí que el riesgo que Fitch asigna a AMLO es igualmente aplicable a los demás contendientes.
En mi opinión, de todos los presidenciables AMLO es este momento el que menos incertidumbre genera, pues su postura respecto a las políticas económicas actuales está más clara que la de sus adversarios. Puede gustar o no, pero su partido ya presentó cuáles serían los lineamientos de política a seguir en su denominado “Proyecto de Nación 2018-2024”. Y aunque el documento presenta inconsistencias y contradicciones, está a disposición del público para discusión y sugerencias de mejora.
Seguramente los demás candidatos harán lo propio y así poder conocer cuáles son sus ofertas de cambio y rumbo a seguir. Mientras tanto, la incertidumbre que rodea a cada uno se mantendrá.
La experiencia nos dice que tratándose de política, resulta difícil predecir qué hará una persona una vez que llega al poder. Lamentablemente, abundan los casos en que se nos defraudó. Así, hasta no ver cómo llevarán a cabo su gestión todos los candidatos representan riesgo, definido éste como la probabilidad de obtener al final de su mandato el reconocimiento social de haber sido bueno o malo.