La Crisis de Sueldos y Aspiraciones en México
La Voz de la Frontera
Martes 26 de Diciembre de 2017
Pese a lo que afirma el Presidente de la República y las promesas de aquellos que han emprendido precampañas para lograr la sucesión, la economía mexicana no da motivos para presumir absolutamente nada y lo peor es que no hay visos que las cosas vayan a mejorar en un futuro mediato. Esta afirmación deriva de una breve comparación entre lo que sucede en nuestro vecino del Norte y China.
En EUA, el ingreso mínimo de un trabajador de tiempo completo asciende a $15,080 dólares anuales. Estar en esta categoría implica laborar un total de 2,080 horas, es decir, 40 horas a la semana con un pago por hora de $7.25 dólares, cantidad mínima que ha establecido el gobierno federal.
En el contexto anterior, el ingreso mensual de un trabajador asciende a cerca de $1,257 dólares, lo que al considerar un tipo de cambio de $19 pesos por dólar, representa poco más $23,880 pesos. No obstante, muchos Estados de la Unión Americana fijan sus propios salarios mínimos por hora destacándose 29 en los que el federal es superado. Así, por ejemplo, en Arizona es de $10.00 la hora, mientras en California es de $10.50 dólares.
A partir del primero de diciembre de 2017, el salario mínimo en nuestro país se elevó a $88.36 pesos diarios, lo que significa un ingreso mensual de $2,650 pesos. Esta cifra representa alrededor del 11% de lo que gana un trabajador con salario mínimo en EUA. Y si lo comparamos con el ingreso mínimo mensual de un trabajador en California ($34,580 pesos), es de tan sólo cerca de 7.7%.
De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), más de 22 millones de trabajadores en México perciben ingresos apenas de un salario mínimo, lo cual equivale al 42% de la Población Económicamente Activa (PEA). El alto número de personas que perciben este sueldo se debe, en gran medida, a la gran cantidad de trabajadores informales que actualmente ronda los 30 millones de mexicanos.
Las cifras anteriores significan que los trabajadores con mínimo federal en EUA perciben el equivalente a casi 10 veces de lo que obtienen sus similares en México. Pero aún si consideramos a obreros especializados que laboran en la industria maquiladora, de quienes se presume perciben el equivalente de 3 salarios mínimos, la proporción sigue siendo desigual, pues implica una proporción de al menos 3 a 1.
El problema de la desigualdad salarial no es exclusivo de aquellos que perciben salarios mínimos, sino que se extiende a otros niveles. Información dada a conocer recientemente sobre los sueldos promedio en los puestos más comunes en México, señala que el ingreso promedio de los profesionistas que inician como asistentes pueden obtener ingresos de $10,168 pesos al mes. Los supervisores $14,605 pesos, subgerentes $14,581 pesos y coordinadores $18,480 pesos. Por su parte, los puestos más altos como son gerentes logran un promedio salarial de $28,434 y los gerentes $$ 47,899 pesos.
Como puede apreciarse, aún la mayoría de los profesionistas en México no alcanzan siquiera a obtener lo que un trabajador con salario mínimo en Arizona o California. Esto es un hecho que debería tomarse como señal de alerta del alto grado de deterioro social que hemos alcanzado. Y no sólo eso, sino hacernos reflexionar profundamente sobre los resultados que obtenemos de los múltiples esfuerzos en materia de inversión educativa, tanto pública como privada.
¿Cómo justificar que un trabajador en EUA -sin preparación- logre más ingreso que un buen número de mexicanos que han invertido fortuna y años de estudio para obtener una carrera?
Quizá lo anterior sea el fondo para la segunda comparación. En China múltiples encuestas revelan una arraigada esperanza para un futuro prometedor. Los jóvenes afirman que podrán vivir económicamente mejor que sus padres y éstos reconocen que las cosas han mejorado para ellos y sus descendientes. Esto tiene sustento en el hecho que, en tres décadas, el gigante asiático logró sacar de la pobreza a 500 millones de personas.
Lamentablemente, en México las encuestas revelan escepticismo respecto al futuro mediato. Los componentes del Índice de Confianza de Consumidor que elabora el Banco de México, si bien muestran mejoría al mes de noviembre, están lejos de revertir la tendencia que mostrada desde el 2013, particularmente en lo que se refiere a la situación económica del país esperada dentro de 12 meses, respecto a la actual.
En pocas palabras, al comparar el optimismo de los chinos y el de los mexicanos, aquí reina la desesperanza. ¿Y cómo no habría de ser, si los ingresos de trabajadores y profesionistas están por los suelos? Ojalá y los candidatos presidenciables den una postura clara sobre este dilema que nos aqueja.
Martes 26 de Diciembre de 2017
Pese a lo que afirma el Presidente de la República y las promesas de aquellos que han emprendido precampañas para lograr la sucesión, la economía mexicana no da motivos para presumir absolutamente nada y lo peor es que no hay visos que las cosas vayan a mejorar en un futuro mediato. Esta afirmación deriva de una breve comparación entre lo que sucede en nuestro vecino del Norte y China.
En EUA, el ingreso mínimo de un trabajador de tiempo completo asciende a $15,080 dólares anuales. Estar en esta categoría implica laborar un total de 2,080 horas, es decir, 40 horas a la semana con un pago por hora de $7.25 dólares, cantidad mínima que ha establecido el gobierno federal.
En el contexto anterior, el ingreso mensual de un trabajador asciende a cerca de $1,257 dólares, lo que al considerar un tipo de cambio de $19 pesos por dólar, representa poco más $23,880 pesos. No obstante, muchos Estados de la Unión Americana fijan sus propios salarios mínimos por hora destacándose 29 en los que el federal es superado. Así, por ejemplo, en Arizona es de $10.00 la hora, mientras en California es de $10.50 dólares.
A partir del primero de diciembre de 2017, el salario mínimo en nuestro país se elevó a $88.36 pesos diarios, lo que significa un ingreso mensual de $2,650 pesos. Esta cifra representa alrededor del 11% de lo que gana un trabajador con salario mínimo en EUA. Y si lo comparamos con el ingreso mínimo mensual de un trabajador en California ($34,580 pesos), es de tan sólo cerca de 7.7%.
De acuerdo con un estudio realizado por el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), más de 22 millones de trabajadores en México perciben ingresos apenas de un salario mínimo, lo cual equivale al 42% de la Población Económicamente Activa (PEA). El alto número de personas que perciben este sueldo se debe, en gran medida, a la gran cantidad de trabajadores informales que actualmente ronda los 30 millones de mexicanos.
Las cifras anteriores significan que los trabajadores con mínimo federal en EUA perciben el equivalente a casi 10 veces de lo que obtienen sus similares en México. Pero aún si consideramos a obreros especializados que laboran en la industria maquiladora, de quienes se presume perciben el equivalente de 3 salarios mínimos, la proporción sigue siendo desigual, pues implica una proporción de al menos 3 a 1.
El problema de la desigualdad salarial no es exclusivo de aquellos que perciben salarios mínimos, sino que se extiende a otros niveles. Información dada a conocer recientemente sobre los sueldos promedio en los puestos más comunes en México, señala que el ingreso promedio de los profesionistas que inician como asistentes pueden obtener ingresos de $10,168 pesos al mes. Los supervisores $14,605 pesos, subgerentes $14,581 pesos y coordinadores $18,480 pesos. Por su parte, los puestos más altos como son gerentes logran un promedio salarial de $28,434 y los gerentes $$ 47,899 pesos.
Como puede apreciarse, aún la mayoría de los profesionistas en México no alcanzan siquiera a obtener lo que un trabajador con salario mínimo en Arizona o California. Esto es un hecho que debería tomarse como señal de alerta del alto grado de deterioro social que hemos alcanzado. Y no sólo eso, sino hacernos reflexionar profundamente sobre los resultados que obtenemos de los múltiples esfuerzos en materia de inversión educativa, tanto pública como privada.
¿Cómo justificar que un trabajador en EUA -sin preparación- logre más ingreso que un buen número de mexicanos que han invertido fortuna y años de estudio para obtener una carrera?
Quizá lo anterior sea el fondo para la segunda comparación. En China múltiples encuestas revelan una arraigada esperanza para un futuro prometedor. Los jóvenes afirman que podrán vivir económicamente mejor que sus padres y éstos reconocen que las cosas han mejorado para ellos y sus descendientes. Esto tiene sustento en el hecho que, en tres décadas, el gigante asiático logró sacar de la pobreza a 500 millones de personas.
Lamentablemente, en México las encuestas revelan escepticismo respecto al futuro mediato. Los componentes del Índice de Confianza de Consumidor que elabora el Banco de México, si bien muestran mejoría al mes de noviembre, están lejos de revertir la tendencia que mostrada desde el 2013, particularmente en lo que se refiere a la situación económica del país esperada dentro de 12 meses, respecto a la actual.
En pocas palabras, al comparar el optimismo de los chinos y el de los mexicanos, aquí reina la desesperanza. ¿Y cómo no habría de ser, si los ingresos de trabajadores y profesionistas están por los suelos? Ojalá y los candidatos presidenciables den una postura clara sobre este dilema que nos aqueja.