Escenarios en Torno a la Renegociación del TLCAN

La Voz de la Frontera
Martes 7 de Noviembre de 2017

La quinta ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), se llevará a cabo en la Ciudad de México entre el 17 y 21 del mes en curso. Las exigencias planteadas por los EUA hasta ahora hacen que reine pesimismo respecto al futuro del acuerdo. No obstante, algunos estamos convencidos que las demandas en exceso del vecino del norte no son otra cosa que una estrategia para sacar el mayor provecho. Y que, al final de cuentas, se obtendrán acuerdos que traerán beneficios para todas las partes.

En este contexto, los escenarios posibles de la renegociación son básicamente tres:

1. Concluyen las rondas en el primer semestre de 2018, con convenios que permiten la continuidad del Tratado en un ganar-ganar para todas las partes.

2. EUA logra imponer acuerdos que México y/o Canadá consideran desfavorables, dando lugar a lo que podría calificarse como una renegociación parcialmente exitosa y

 3. Donald Trump cumple sus amenazas y da por concluido el Tratado.

De consumarse el primer escenario, la incertidumbre que reina entre los inversionistas por la renegociación se eliminaría. Las calificadoras internacionales emitirían opiniones favorables sobre el futuro inmediato de nuestro país, lo que permitiría reanudar muchos de los proyectos de inversión que se encuentran en estos momentos en espera, así como eliminar buena parte de la especulación que afecta la paridad cambiaria del peso. En general, pasaríamos a atender otros asuntos.

En el segundo caso, México consentiría condiciones que hasta ahora rechaza. Las actividades más afectadas podrían ser la industria automotriz, de autopartes, comunicaciones y energía. Asimismo, compras gubernamentales y condiciones salariales. En este escenario habría cláusulas de exclusión, la imposición de aranceles y cuotas selectivas, así como compromisos específicos en materia laboral y de gasto público. Como lo señalé en mi colaboración de la semana pasada, la delegación mexicana bien podría aceptar excepciones como éstas.

En lo referente a la industria automotriz, los estadounidenses podrían lograr que las importaciones de ciertos vehículos quedaran excluidas del acuerdo comercial (por ejemplo, los pickups). Esto representaría un triunfo para el gobierno de Trump, quien presumiría con sus seguidores que ello significaría el retorno de esta industria a su territorio.

El tercer escenario, contrario a lo que muchos piensan, no significaría un grave revés para México. En primer lugar, hay que tener en cuenta los tiempos. La salida de cualquier país participante tiene que darse con aviso previo de seis meses. Si consideramos que las negociaciones actuales están acordadas terminar en el primer trimestre de 2018, esto significa que el Tratado podría seguir vigente prácticamente todo el año.

En segundo término, existen instancias de poder dentro y fuera de los EUA que están ejerciendo presión para que se renueve el acuerdo. Algunas han manifestado que, de ser necesario, buscarán la protección de sus intereses ante instancias judiciales, pues cuestionan la facultad del Ejecutivo Federal para cancelar una Ley expedida por el Congreso. Si así fuera, el asunto se judicializaría, lo que podría implicar que la implementación de salida se pospusiera por un año o más. En estas circunstancias, la vigencia del Tratado se extendería hasta finales del 2019.

El periodo presidencial de Trump finaliza el 20 de enero de 2021. En caso de no ser reelecto, México podría esperar para renegociar con un nuevo mandatario y en vía de mientras, acogerse a las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC) para el intercambio con nuestro vecino. Más aún, si pactara con Canadá mantener vigente entre ambos los acuerdos que rigen actualmente al TLCAN.

Por último, habría que ver la conclusión del acuerdo como una oportunidad para hacer una revisión a fondo del modelo económico que hemos seguido en las últimas décadas. El tiempo demostró que haber apostado a un crecimiento hacia afuera, es decir, en base a la expansión de las exportaciones en vez de uno que fortaleciera el mercado interno no sólo fue arriesgado, sino que explica el alto grado de pobreza, corrupción e impunidad que caracterizan a México.